Hablar sobre la muerte es un tema que a muchos podría resultarnos incomodo especialmente si nuestros peques nos hacen preguntas acerca de ello o en el caso de que tengamos que comunicarle el fallecimiento de alguien. Evitamos de muchas formas este tema ocultándolo o alejándonos de él como si morir fuera en realidad un error o algo que no tendría por qué pasarnos.
Muchas veces la forma de reaccionar ante la muerte cuando se trata de los niños es alejarlos y procuramos que “sepa” lo menos posible, cambiamos la conversación o respondemos con evasivas o en el caso de que en el mismo entorno familiar tenga lugar una muerte normalmente trataremos de que evite la experiencia lo menos posible y en el caso de los adultos todo es más difícil cuando aparentamos que todo está bien, procuramos no llorar o hablar sobre eso, esto con la firme convicción de que lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos es evitarles el dolor y el sufrimiento que la muerte de nuestros seres queridos provoca.
¿Y porque este empeño en ocultar o alejar a nuestros hijos sobre la realidad de la muerte?
Ya que este es un tema difícil incluso para nosotros se hace complicado poder ayudar a nuestros niños o acompañarlos en sus inquietudes y curiosidades. Y es que hoy en día es común que nos preocupemos que nuestros hijos vivan una vida lo más cómoda posible, queremos que no sufran, que no la pasen mal, que las cosas no le cuesten demasiado, así que temas como la muerte nos angustia tanto que nuestra primera reacción es alejarlos de ello.
Sin embargo, sería importante cuestionarnos lo siguiente: ¿Realmente protegemos a nuestros hijos apartándolos de esta realidad? ¿Saben los niños más de lo que nosotros desearíamos? La realidad es que temas donde los niños son naturalmente curiosos como la sexualidad, saber de dónde vienen los bebés o en este caso hablar la muerte, es muy probable que al no darle la información que ellos necesitan o evitar hablar sobre ello (considerando siempre la etapa y madurez del niño) o mostrarme distante o ansioso con tener esta conversación por pensar que se quedara conforme o “tranquilo” pasará todo lo contrario
La realidad es que nuestros niños pueden percibir esas emociones y quizás ya no insistan mucho en el tema pero es muy probable que comiencen a realizar sus propias teorías influenciadas de alguna manera por su pensamiento mágico y condicionadas por la edad, la limitación de su desarrollo cognitivo, su grado de madurez emocional, su capacidad o no de conceptualizar, sus experiencias vitales o lo que otros iguales les hayan contado, todo lo cual hace que sus explicaciones estén teñidas de los miedos, las defensas y lo que sean capaces de digerir a nivel emocional en cada edad y por otra parte se sentirán culpables al querer saber sobre el tema generando en ellos más angustia o intranquilidad.
Sabiendo entonces que las explicaciones que ellos construyen suelen ser limitadas y, en la mayoría de los casos, provocan más angustia y confusión que la propia realidad, ya que la fantasía de los niños es mucho más terrorífica de lo que nos imaginamos la recomendación es hablar con ellos con naturalidad sobre la muerte teniendo en cuenta algunas pautas importantes:
- Debemos ser sinceros con ellos pero siempre tomando en cuenta que debemos darle la información de forma gradual y según lo que el niño pueda o no pueda asimilar en el momento evolutivo en el que se encuentra.
- Acompañarle a entender que todos los seres vivos mueren (cuando el niño lo pregunta) es muy común escucharlos preguntar “¿Mamá/papá va a morir?” responderles que esto jamás sucederá es alimentar una negación que en un inicio parece consolar al niño (y a nosotros mismos) pero que, en realidad, es insostenible. Pero también tomemos en cuenta que, responder con un “sí” rotundo también puede llevar al niño a un estado de mucha angustia, porque es posible que todavía no disponga de las defensas necesarias para sobreponerse a tal verdad. Entonces podemos recoger su angustia y decirle “que su mamá va a cuidarle y a estar a su lado siempre que pueda y que, aunque es verdad que todos los seres vivos se mueren, él puede estar seguro de que le van a cuidar y a querer”.
- Evitar eufemismos que le hagan pensar que la muerte es reversible como: “Tu abuelo te ve desde el cielo” “Estas flores le gustan a la abuela” “El perrito se ha quedado dormido en un largo sueño” entendamos que para ellos En su día a día, la muerte normalmente aparece como algo “reversible”: los personajes de los dibujos animados o los videojuegos sólo mueren durante un rato, o incluso ellos mismos cuando juegan a morir vuelven a la vida rápidamente. Recordemos que los niños no sobreentienden lo que estamos diciendo y pueden interpretar estas frases de forma literal. Es importante que los niños comprendan que cuando un ser vivo o una persona muere, jamás volverá a estar viva. Se trata de que comprendan que la muerte es algo permanente y no un estado temporal.
La muerte es un concepto complejo y se tarda tiempo en conocer su significado total, sabemos y entendemos que puede haber mucho temor en hablar con ellos acerca de esto, pero la forma de como nosotros abordemos el tema y nuestra actitud para afrontarlo también influirá en la adquisición del significado y abordaje que el niño pueda ir haciendo sobre la muerte, recordemos respetar su etapa de madurez para comunicarle cualquier tema que sea difícil para ustedes y no dudar en buscar ayuda profesional en caso de sentirse listos.
¡En Andares expertos en el desarrollo infantil sabemos lo importante que es acompañar a las familias en cada etapa!